Pastor Horacio Fischer- Iglesia Bautista El Camino – Neuquén

A mediados de enero del 2021 comenzaron los incendios grandes y devastadores en la Comarca Andina (provincias de Chubut y Río Negro). Todo el país (y creo que aún desde el exterior) observaba consternado las terribles imágenes del fuego devorándose, literalmente, todo a su paso. Videos desde dentro de los cercos de fuego nos impresionaban a todos hasta las lágrimas. Y, obviamente, como todos, empezamos a levantar clamor a Dios por esa gente que sufría la pérdida de todo lo que habían podido construir a lo largo de sus vidas, y en algunos casos, aún durante la vida de sus antecesores.

Pero el orar no fue suficiente para nuestra gente que, inmediatamente, empezó a movilizarse (como tantas otras veces), y acudió al lugar con lo que pudimos juntar en primera instancia.

Así fue como nuestros hermanos, en primer lugar, simplemente se pusieron a disposición de los bomberos, cocinándoles, lavándoles la ropa, atendiendo sus heridas, etc., etc. Mientras tanto, en Neuquén comenzábamos una movilización para juntar todo lo que se pueda enviar. Casi inmediatamente, salió un camión lleno de víveres, ropa, colchones, etc., mientras gestionábamos otros cargamentos con hermanos de otros lugares del país.

Al ir apagándose los distintos focos de incendio (inclusive, los que quedaban bajo tierra, en las mismas raíces de los árboles), empezamos a mandar equipos de gente para reconstruir las casas (había que reconstruir 450 casas que se quemaron totalmente, y reparar más de 200 que fueron muy dañadas). Además, había que hacerlo rápido, ya que el invierno está próximo a llegar (y aquí nos referimos más que nada a la temporada de nieve… frío está haciendo hace rato).

Así es que nuestros equipos (y otros tantos de congregaciones que ni conocemos) fueron llegando con sus carros llenos de clavos, alambre, chapas, madera, etc., etc., elementos que allí ya no se consiguen pues también llegó el desabastecimiento.

En medio de esto, surgieron ideas novedosas, como por ejemplo insistir en que los que quieran colaborar puedan hacerlo enviando los elementos necesarios para la construcción a través de algún correo, desde distintas partes del país, y directo a la zona de desastre. Esto surgió porque ya no había, en el lugar, donde comprar lo necesario para la reconstrucción.

Al día de la fecha la tarea sigue sin cesar. Hay nuevos equipos de trabajo que van llegando continuamente, y, como se dijo antes, se corre contra-reloj para ganarle a la nieve. Hoy por hoy, la gente del lugar que todavía no tiene casa vive en carpas, las cuales han sido cubiertas con grandes trozos de nylon… La solidaridad es importante, incluyendo a los lugareños que, entre ellos, intercambian noches en carpa y en casa (según lo que cada uno posea).

Es muy destacable mencionar que los diarios del lugar hablan de la “Iglesia Evangélica” como la protagonista de la reconstrucción. Es que la Iglesia estuvo desde el principio, no solo apagando el fuego, sino también reconstruyendo casas, y, por supuesto, predicando el evangelio con gran ganancia de almas para Cristo.

Pr. Horacio Fischer

Iglesia “El Camino” – Neuquén