COMENZANDO EL 2021 CON UN ESPIRITU VICTORIOSO

 

Los cristianos no somos de aquellos que esperan que un cambio de calendario traiga por sí mismo mejores condiciones.  Los cristianos somos quienes confrontamos con fe y esperanza las nuevas situaciones que nos depare el año, con la convicción de que el Señor nos llevará a la victoria

Un espíritu victorioso no es un estado de ánimo exultante, ni tampoco es ser un optimista tenaz.  El espíritu victorioso es el que se afirma en la Palabra cuando dice: El rey no se salva por la multitud del ejército, Ni escapa el valiente por la mucha fuerza. Vano para salvarse es el caballo…  Nuestra alma espera a Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él. Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, Porque en su santo nombre hemos confiado. Por eso es necesario:

1.- Tener una perspectiva correcta de las nuevas circunstancias que se presenten.   Muchos cristianos, al igual que los 10 espías que fueron a inspeccionar la Tierra Prometida, son expertos en agrandar los problemas, viven con una mirada apocalíptica de todo lo que pasa.  No es bueno que compares el tamaño de tus problemas con tu propia estatura.  David no tenía la estatura adecuada para luchar con Goliat, como en nuestro caso, que muchos problemas personales, familiares o ministeriales, nos superan.  Pero David vió a Goliat desde la perspectiva de Dios, pues con Él se enfrentaría. Tus posibles desafíos, obstáculos, problemas del nuevo año, por más grandes que sean, no son tuyos; recuerda que el Señor pelea por ti.

2.- No abandonar la pelea antes de tiempo.   Muchos pierden la pelea por tirar la toalla antes de que finalice el combate.  Debes saber que nunca conocerás tu meta, nunca llegarás a destino si abandonas antes la carrera.  Para un cristiano nunca es tiempo de abandonar ni de bajar los brazos.  La diferencia entre las personas no son la gravedad de los problemas que deben enfrentar, sino que mientras unos encuentran excusas o razones para abandonar, otros tienen perseverancia y fe para seguir adelante.  Sigue vigente la exhortación del Señor: “Esfuérzate y se valiente”.

3.- Renovar de día en día nuestra fe.  La Biblia nos enseña que no hace falta tener un supermercado ni ahorrado el salario de un año para alimentar a 5000 personas.  Lo que Dios ha puesto en tus manos es suficiente para que en el nuevo año seas parte de las obras milagrosas de Dios.   Cuando una persona ve el talento que le falta, los recursos que no tiene, la educación que no alcanzó, la personalidad que quisiera tener… nunca alcanzará lo que Dios tiene para él.  Renovar la fe es no mirar lo que tenemos en las manos sino “poner la vista en Jesús, autor y consumador de la fe”.  Las circunstancias de la vida pueden  traer desaliento, pero la  dice la Palabra que Abraham caminaba “De esperanza en esperanza

¡Dios les bendiga! Feliz 2021

 

Hugo Márquez

     Presidente