La Iglesia Bautista del Centro de Bariloche celebró sus 70 años de servicio a la comunidad

Numerosos fueron los testimonios y recuerdos de importantes momentos vividos por la congregación. También fue un tiempo de reencuentro para muchas familias que a lo largo de estos años dejaron su legado en la iglesia.

“Vemos la fidelidad de Dios durante todo estos años con cada uno de los han sido y son parte de Su iglesia en Bariloche. Agradecemos a Dios y reconocemos el legado que han dejado quienes pusieron los fundamentos de la congregación Bautista en nuestra ciudad; por su visión y servicio, y el privilegio que hoy tenemos de continuarlo”, sostuvo Carrillo momentos antes de descubrir una placa en el ingreso al templo histórico recordando el aniversario.

Allí se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino con la participación de la Banda de la Escuela Militar de Montaña.

“Más allá del rol que cada uno desempeña en la sociedad, es importante identificar lo que tenemos en común, qué buscamos cada uno de nosotros. Creemos que en esa búsqueda de los objetivos comunes, no debemos olvidar la espiritualidad. Cada uno profesa una religión o una fe, pero la espiritualidad es un componente que a veces en la vida cotidiana se olvida, y cuando esto sucede, comienzan los problemas”, reflexionó la gobernadora al expresar sus saludos a los presentes.

En esta línea, el intendente Gennuso rescató la historia del nacimiento de la obra bautista en Bariloche al considerar que es la “historia misma de la conformación de nuestra ciudad. Se juntaron, soñaron, y construyeron”. En este sentido, el jefe comunal recordó también pasajes de la Biblia en el que se establecen las bases de lo que significa “vivir en comunidad”.

La jornada concluyó con un tiempo para reconocer el legado de los pioneros de la obra bautista en la región, y para renovar los desafíos de las iglesias respondiendo a las necesidades del prójimo y llevando el mensaje de Cristo a las comunidades.

Un poco de historia

En el año 1930, Bariloche era un pequeño pueblo del territorio nacional. Sus conexiones y relaciones con la zona chilena aledaña eran muy fuertes, debido a motivos familiares, comerciales y de comunicación.

Algunos de los trabajadores chilenos que se encontraban temporariamente en la zona, comenzaron a tener dificultades, al no encontrar una iglesia de confesión cristiana evangélica donde congregarse.

Los primeros creyentes comenzaron reunirse en la última casa del barrio Estación (en la Zona del Ferrocarril), cuyo ocupante era Don Eduardo Tobares, empleado del Ferrocarril Nacional General Roca,. Allí compartían la palabra de Dios y algunos himnos. También se congregaba don José Sach Krause, empleado de la Chile-Argentina, y posiblemente su hermana Marta.

Con el transcurso de los años, ya establecidos definitivamente de este lado de la Cordillera y habiendo aumentado en número, comprendieron la necesidad de tener un sitio estable e independiente para hacer sus reuniones, así como una forma de organización más efectiva.

Por ello, el señor Sachs pidió permiso a la compañía Chile-Argentina de utilizar el sótano de la casa ubicada en Anasagasti 36 que era de su propiedad y que él cuidaba, para realizar las reuniones de un grupo evangélico chileno-argentino, entrando el año 1944.

Se recuerda el 6 de Abril de 1946 como la fecha de los primeros bautismos en San Carlos de Bariloche. Los efectuó el pastor Romanengui, proveniente de Neuquén, en las orillas del rio Ñireco. En esa oportunidad se bautizaron Elisa de Leiva y José Sachs, y gran parte del pueblo se congregó asombrado al ver un bautismo por inmersión.

Continuaron las reuniones en los primeros meses del año 1946, en ese sótano que estaba bastante deteriorado, era de tierra apisonada, y funcionaba como gallinero durante las noches. Por las mañanas se barría y para las reuniones repartían hojas de diario para poder arrodillarse y orar.

El 14 de junio de 1947 llegó la carta de la Junta de Misiones de la Convención Bautista Argentina donde se comunicaba que en su última reunión se había decidido establecer la obra misionera Bautista en San Carlos de Bariloche.

Muchos cambios trajo el año 1949. En junio, el seminarista Antonio Rebollo llegó recién casado. Aquí lo esperaba un catre en una piecita y el gran trabajo de unir al grupo que en su mayoría estaba compuesto de diversas denominaciones y habían crecido hasta el numero. Ya eran 16 adultos.

Pronto comenzaron a soñar con un templo propio, ya que la casa de Anasagasti les parecía muy lejos del centro, por lo que por recomendación de la Convención Bautista empezaron a buscar una mejor ubicación.

Don José Sachs descubrió un hermoso terreno en Gallardo al 245, que fue comprado en el año 1950 al señor Crespo Blanco con ofrendas recaudadas en iglesias de todo el país. Crecía así el sueño de construir el templo más austral del momento.

Finalmente el 7 de diciembre de 1952 los diez miembros de la congregación se reunieron conformando la Primera Iglesia Bautista de Bariloche. Ellos eran; Elisa de Leiva, José Sachs, Miguel Almonacid, Carmela de Flores, Juanita Barrientos, Raquel Sachs de Almoncid, Francisco Boretsky, Ester de Boretsky, Antonio Rebollo y Nélida García de Rebollo.