SANEAMIENTO SEGURO Y AGUA POTABLE

Publicado por Comunicaciones Confeba en

El pasado 19 de noviembre pudimos observar en las escalinatas de la Facultad de Derecho de la Ciudad de Buenos Aires, una campaña que lleva adelante la ONG Módulo Sanitario, bajo el lema #UnBaldeNoEsUnBaño, que busca concientizar sobre los 6 millones de argentinos sin acceso a este lugar de higiene.

 

 

Cada 19 de noviembre, Naciones Unidas elige esta fecha para poner en agenda la crisis sanitaria que impacta a más de 3.600 millones de personas en el mundo, las cuales carecen de acceso a servicios de saneamiento gestionados de forma segura.

Según la ONU, a nivel mundial, una de cada tres personas no tiene acceso al agua potable y más de la mitad de la población carece de un saneamiento seguro.

Ha pasado un año de los primeros casos de COVID-19 en la región, y sin duda la emergencia sanitaria ha afectado a la población de manera diferente; los más perjudicados son quienes tienen un acceso muy restringido al uso de agua potable o directamente no tienen acceso a este elemento vital.

En Argentina más de la mitad de la población infantil vive en situación de pobreza, mientras que, en el conurbano bonaerense, esa es la realidad de 7 de cada 10 menores de edad.

Una de cada tres personas (2300 millones en todo el mundo) carece de instalaciones básicas para lavarse las manos en su hogar.

Según estimaciones, para lograr el acceso universal al agua y al saneamiento gestionados de forma segura, de aquí a 2030 deberán multiplicarse por cuatro las actuales tasas de progreso (ONU-Agua, 2021).

En el norte argentino —Chaco, Santiago del Estero, Formosa, norte de Santa Fe, Córdoba y San Luis, oeste de Salta, Tucumán, La Rioja y Catamarca, y el oeste de Corrientes—, la falta de acceso al agua para el consumo y la producción es un problema estructural. Se estima que el 40% de la población no tiene agua apta para el consumo, o su acceso está restringido.

 

Es una problemática sanitaria mundial, dado que la falta de baño y una higiene apropiada, genera mayores riesgos de contraer distintos tipos de enfermedades. La salud pública depende, entre otras cosas, del saneamiento seguro. Según una investigación de la ONU, por cada dólar invertido en saneamiento, se ahorran 5 dólares en costos médicos y aumento de la productividad.

Es oportuno recordar lo resuelto por ese organismo, en cuanto a “concienciar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla de manera que alcancemos el Objetivo de Desarrollo Sostenible No 6: Agua y saneamiento para todos antes de 2030”.

Este objetivo busca alcanzar el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible. También se enfoca en generalizar el acceso a adecuados servicios de saneamiento e higiene, así como mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación.

Como ciudadanos del mundo, hay algunas acciones concretas que podemos desarrollar, como por ejemplo la recolección de agua pluvial.  El agua de lluvia puede utilizarse para el riego de vegetación y para la limpieza doméstica. Además, si incluye un sistema de filtración y purificación, el agua de lluvia recolectada también puede llegar a consumirse.

Sin duda alguna, el primer paso es tomar conciencia sobre la importancia del saneamiento como una de las prioridades más significativas para el desarrollo mundial; del mismo modo, es necesario reclamar a los gobiernos la aplicación de políticas públicas sustentables en relación al medio ambiente.

 

Alejandra Miremont Mare

Directora de la Secretaría Legal y Técnica

Confederación Evangélica Bautista

legalytecnica@confeba.org.ar

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